Este año no paso por alto realizar una intervención en el instituto mediante una línea contínua.
La primera vez que visité el
Museo de la Evolución Humana en Burgos me llamó muchísimo la atención la línea que recorría las distintas salas. Una simple línea era capaz de describir cómo el entorno, al igual que el ser humano, ha evolucionado.
No cuento ahora con ninguna foto del museo, las tomaré cuando vuelva a verlo, pero he encontrado esta imagen en
loom que me lo ha recordado.
De este año no pasa.
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